Educación Líquida

La era de la incertidumbre:

Por qué importa ahora el aprendizaje





Después de la lectura de: APRENDER: El reto del aprendizaje continuo, Guy Claxton, Paidós Transiciones, 1999

Estamos transitando de lo sólido a lo líquido. Las estructuras sociales en las que nos insertábamos de forma estable y pensando que sería de por vida, comprendiendo normas, reglas del juego, espacios y roles, no se mantienen y se ha esfumado la sensación de desarrollo continuado, de estabilidad y de confianza en el futuro.

Se está suprimiendo la protección pública de los ciudadanos que quedan abandonados a su suerte. El poder se aleja de la política para pasar a manos de entidades no democráticas y nada transparentes como los mercados. 

Las empresas y las organizaciones sobreviven a corto y abandonan visiones y ambiciones a largo plazo, ciñéndose al corto alcance en todos los sentidos.

Como dice Manuel Castells (1977), la estructura social dominante es la sociedad red, la nueva economía, la economía informacional y la nueva cultura, la cultura de la virtualidad real.

Estamos migrando hacia una organización diferente a la piramidal, que requiere de una distribución diferente de los recursos y de nuevas habilidades en los individuos para afrontar cambios rápidos, proyectos abiertos y en continua transformación, velocidad, aceleración... mundo líquido.



No sólo debemos estar abiertos al aprendizaje constante, sino que ya no aprendemos igual.

Hemos nacido aprendices. El aprendizaje como acumulación de experiencia; es decir, como algo que nos acontece, nos pasa y nos transforma. Algo que nos cambia, que modifica nuestra percepción del entorno, de las relaciones y de los sucesos. El aprendizaje, como experiencia social o colectiva, jalona nuestro desarrollo y moviliza los límites de nuestras potencialidades.

Aprendemos en el espacio de las relaciones con herramientas e instrumentos; en el terreno de lo distribuido. No aprendemos solos, sino que aprendemos en relación con los otros. Aprendemos con todo y con todos. 

Como dice Guy Claxton:

El mundo esta cambiando tan rapidamente que cada vez resulta mas difícil saber qué conocimientos y habilidades concretas necesitaremos nosotros, nuestros hijos o nuestros compañeros, ni siquiera en el plazo de diez años. Todos tenemos que estar preparados y dispuestos para todo, así como ser capaces de prosperar en un mundo en el que la tecnología, el universo laboral, la naturaleza del tiempo libre, el estilo de vida y las costumbres familiares están cambiando constantemente. No podemos enseñar lo que no sabemos, pero podemos aprender a prepararnos mejor y tambien ayudar a otros a hacerlo. El tipo de inteligencia que todos necesitamos ahora incluye saber lo que hacer cuando no sabemos qué hacer: ser capaces de implicarnos en las más complejas incertidumbres sin desconcertarnos. La habilidad vital esencial para el siglo XXI es la capacidad de afrontar dificultades y retos sin precedentes con calma e ingenio. Ser un buen aprendiz de la vida real tiene muy poco que ver con la habilidad intelectual o el hecho de aprobar examenes. (...) Los buenos aprendices sabrán cómo y cuándo vale la pena ponerse a pensar, canalizar la imaginación, disfrutar un poco de la confusión y, en fin, dejar que el cerebro tome las riendas." 

Y sigue diciendo:

"El aprendizaje continuo significa tener la capacidad de comprometerse inteligentemente con la incertidumbre y persistir frente a la dificultad cuando  importa."

Ya no nos sirve como hasta hace poco recopilar información, memorizarla, archivarla y recurrir a repositorios estancos, inamovibles, donde se guarda el conocimiento secular, cuando queremos resolver un problema.

Han cambiado los problemas, los escenarios, las preguntas... El conocimiento acumulado durante siglos, la "verdad" nos sirve para explicar el camino hasta llegar aquí , pero no responde a las preguntas de mañana.

En épocas más estables, tradiciones y jerarquías nos decían quienes somos, qué es lo importante, que nos debe gustar, admirar, respetar, qué debemos odiar, cómo debemos vivir. Las grandes cuestiones no se discutían.

El tiempo de la incertidumbre, el tiempo líquido nos ha convertido en seres que elegimos. La oportunidad y la responsabilidad de elaborar, construir, fabricar la propia existencia no tiene precedentes y la facultad del aprendizaje continuo es fundamental.

Cuando no estamos equipados para afrontar la complejidad, ni disponemos de las herramientas para aprender de forma constante, buscamos la seguridad de algún tipo de certeza prefabricada. Y eso nos paraliza, nos enquista de tal manera que no podemos crecer, no podemos avanzar.

Hablando de las nuevas formas de aprendizaje quiero referirme a la propuesta de Cristóbal Cobo en su libro, porque habla de un tipo de aprendizaje basado en el autoaprendizaje y la socialización, principios básicos para la construcción colectiva del conocimiento necesario para vivir el día a día de una sociedad líquida:





Sería APRENDIZAJE INVISIBLE el,

Que combine, amplíe y reconozca las experiencias de aprendizaje 
de los entornos formales, no formales e informales. 
• Que incentive el valor del aprendizaje entre pares y a través de comunidades de práctica cara a cara y virtuales. 
• Que, más allá del reconocimiento de habilidades y saberes no adquiridos en las instituciones formales, conjugue y valide tanto los conocimientos tácitos como los explícitos. 
• Que estimule la creatividad, la innovación y el desarrollo de habilidades no tradicionales. 
• Que comprenda que el rigor académico y la calidad no van en detrimento de la flexibilidad y la renovabilidad de los contenidos impartidos. 
• Que conciba el aprendizaje como un continuum que se prolonga durante toda la vida. 
• Que estimule habilidades “blandas” como la colaboración, el trabajo a distancia, la transferencia del conocimiento, la resolución de problemas, etc.
• Que no quede sometida a directrices oligopólicas de generación y uso de ciertas tecnologías para el aprendizaje. 
• Que entienda que el aprendizaje puede ocurrir en cualquier momento o lugar.
• Que comprenda la educación como una revolución de las ideas. 
• Que estimule el conectivismo, la cultura, el remix y la combinación 
de contextos de aprendizaje. 
• Que favorezca el aprendizaje no planeado. 
• Que apueste por aprovechar las tecnologías para extraer lo mejor 
de las capacidades humanas.















  

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